No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.

Romanos 12:2 (NVI)

Creo que la mayoría de las personas hemos preparado gelatina alguna vez en nuestra vida, es increíble ver como una sustancia que originalmente viene en polvo, luego es diluida con agua para transformarse en un líquido espeso y finalmente, este dulce y  cálido contenido es colocado en envases de diversas formas y sometido al frío por un corto periodo de tiempo, al cabo del cual, cambia nuevamente su estado y asume la forma específica del recipiente en  que fue vertido cuando era liquido.

¿Cuántas veces en nuestra vida nos comportamos como “Personas Gelatina”?, es un poco triste pensar que en numerosas ocasiones cambiamos nuestra naturaleza, nuestra esencia solo porque nos mezclamos con otros y entonces dejamos de ser nosotros mismos para adoptar las formas, hábitos, costumbres y características de los demás. Recuerda que también el frio de la vida te ha encontrado en determinado estado y tras su paso te ha dejado duro, helado, tembloroso y con una nueva forma que alguien ó cualquiera escogió para ti. 

El mensaje de Dios es claro cuando nos dice “No se amolden al mundo actual” pero definitivamente algo está pasando con los seres humanos, ó no conocemos, o no leemos, o no entendemos, o no aplicamos las instrucciones de nuestro diseñador. Nos amoldamos al  mundo de manera pasiva, casi inadvertida, rutinaria e incluso con un toque de divertida naturalidad. 

Hemos sido “Personas Gelatina” cuando permitimos que lo anormal se nos vuelva normal, cuando llamamos a lo malo bueno y a lo bueno malo, cuando solo amamos a quienes nos aman, cuando creemos tener derecho de odiar a quienes nos odian y creemos ser justos por no perdonar a quienes nos ofenden u ofender a quien no nos defiende. Eres “Persona Gelatina” si fumas porque otros fuman, si bebes porque otros beben, si mientes porque a ti te mienten, si criticas, no trabajas, te quejas y reniegas de tu trabajo porque todos los empleados lo hacen; si eres un hombre infiel porque eres ¡un varón!, si eres cantaletosa y chismosa porque ¡eres mujer! y rebelde, grosero y desordenado porque “eres parte de esta nueva generación”.

Llego el momento de cambiar tu vida, estrena mente  y  comienza a pensar diferente, transfórmate para renovarte y renuévate para transformarte, sométete a una transformación a partir de una renovación. Alinea tu mente con la palabra de Dios, piensa bíblicamente, imita a Jesús, vive y convive como él nos enseño. Entiende que tu mente maneja tu vida, tus pensamientos son el motor de tu vida y tus creencias te guían ó te desvían.

Si dejas de vivir amoldado a este mundo actual, si decides estrenar una nueva mente, vas a comenzar a disfrutar de esa vida buena, agradable y perfecta que Dios destino para ti desde el principio y aun tiene guardada, esperando por ti. Desde hoy, activa  siempre tu naturaleza divina,    no cambies tu esencia ni vendas tu conciencia. ¡Comienza este día estrenando mente!.